Guía del Alzheimer: ¿El primer escalón del deterioro cognitivo puede aún ser reversible?

3 Mar

El deterioro cognitivo leve puede deberse a múltiples causas, algunas potencialmente reversibles. Sin embargo, el deterioro cognitivo también puede ser el inicio clínico de la enfermedad de Alzheimer. Si el diagnóstico que resulta es Alzheimer, lo mejor es tratarlo con la medicación existente, antes de que aparezca la demencia.

                  El deterioro cognitivo incipiente es un estado intermedio entre el declive intelectual asociado al envejecimiento y la pérdida amnésica por Alzheimer, en el que hay dificultad para recordar hechos recientes. Cuando el dominio que se afecta es el de la memoria, quien lo padece tiene olvidos muy frecuentes en cosas cotidianas del pasado próximo, lo que puede expresar mediante frases como estas: “No sé dónde puse las llaves”; “No encuentro las gafas”; “No recuerdo dónde dejé el coche aparcado”… También suele fallar la memoria prospectiva, la que se programa con la intención de que aparezca un recuerdo en un futuro próximo. Olvidarse, por ejemplo, de lo que tenía que hacer en un momento dado, pero cuando llegó ese momento no se acordó de hacerlo. Y, así, quienes tienen ese problema fallan a la cita con el médico o a cualquier reunión programada con antelación si lo fían a la memoria, en lugar de tenerlo anotado en la agenda.

                  No siempre el comienzo se circunscribe al dominio de la memoria. A veces se afecta también el dominio del lenguaje: no se recuerda el nombre de una persona conocida o de un objeto en el momento que se tiene delante, no sale la palabra que debería utilizarse en la conversación y el sujeto se queda cortado e interrumpe el discurso…

                  No es infrecuente que lo que primero llame la atención es un cambio de personalidad o de carácter. Una persona que era tolerante se vuelve irritable y le molesta todo, o empieza a desinteresarse por todas aquellas personas que componen su familia, cuando antes no era así.

                  El deterioro cognitivo incipiente se llama también trastorno neurocognitivo leve. Cuando afecta al dominio amnésico, el trastorno de memoria no es una simple queja del paciente, sino algo que corroboran quienes viven con él y le acompañan a la consulta. Puede, en cambio, conservar intactas el resto de las funciones cognitivas y tener completa independencia para todas las actividades de la vida diaria.

                  (1) El médico ha de valorar si los olvidos se relacionan con cualquiera de las siguientes causas, que al ser corregidas podrían revertir los síntomas y desaparecer o al menos mejorar mucho:

  1. a) Alteraciones emocionales de tipo ansiedad y depresión por estrés continuado.
  2. b) Aislamiento social.
  3. c) Déficit sensorial importante, afectando a la vista y la audición.
  4. d) Uso crónico de algunos medicamentos sedantes (tranquilizantes, hipnóticos, determinados analgésicos, antihistamínicos o fármacos con efecto anticolinérgico).
  5. e) Consumo de alcohol o drogas ilícitas.
  6. f) Hipovitaminosis B12 (por déficit de absorción en pacientes con problemas gastrointestinales o que toman desde hace mucho tiempo Omeprazol).
  7. g) Hipotiroidismo (por defecto de funcionamiento de la glándula tiroidea).
  8. h) Otras enfermedades crónicas, especialmente aquellas que se acompañan de dolor crónico o dificultad para la movilización (artrosis).

                  (2) Diferente es la situación de los pacientes cuyo problema de memoria se acompaña de lesiones cerebrales de causa vascular, asociadas a enfermedades crónicas (o estilos de vida poco saludables), que dan escasa sintomatología al principio, hasta que aparecen las complicaciones:

  1. a) Hipertensión arterial.
  2. b) Diabetes del adulto.
  3. c) Hipercolesterinemia (exceso de colesterol en la sangre).
  4. d) Obesidad.
  5. e) Enfermedad cardíaca (fibrilación auricular y otras productoras de embolias cerebrales).

                   Estas enfermedades aumentan el riesgo de Alzheimer de manera especial en pacientes portadores del gen APOE ε4. En todos los casos, es mandatorio corregir todos aquellos factores de riesgo modificables. Si se logra ese objetivo, los resultados van a ser siempre favorables y van a ir desde mejorías a estabilizaciones con retardo del declive cognitivo.

                  (3) Por último, en algunos casos el deterioro cognitivo leve marca el inicio clínico de la enfermedad de Alzheimer. Se habla entonces de pródromos de Alzheimer, porque el trastorno todavía no alcanza la gravedad de la demencia, pero la enfermedad ya está presente. Conviene tener un diagnóstico precoz, apoyado en los estudios de neuroimagen, para iniciar el tratamiento anti-demencia lo antes posible.

                  Este planteamiento en tres modelos teóricos admite variedad de casos intermedios. Desde el principio, conviene modificar todos los factores de riesgo posibles y revisar la evolución clínica de los pacientes a través de consultas sucesivas.

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